Can Milà Escribà, Barcelona
Restaurant Can Milà Escribà, Barcelona, fotos: Albert Castañer il.lustracó: Toni Ramos
INSTINTO PROTECTOR
El proyecto para Can Milà Escribà parte de una planta profunda y mal iluminada. Con esta premisa y la referencia al ave rapaz en el nombre del local, el interiorista Jordi Ginabreda se ha planteado el espacio como un nido, una guarida, el lugar sombrío, cálido y acogedor donde los animales buscan cobijo.
Mediante los giros de la barra y el pavimento, y la estratégica ubicación del núcleo de servicios, la longitudinalidad del proyecto se fragmenta en tres ámbitos diferenciados que refuerzan su singularidad con la elección de materiales y colores.
A partir de esto, el programa se desarrolla como un itinerario, desde el área de exposición y venta de productos gastronómicos hasta la zona de degustación pasando por la barra. Del exterior a la guarida, una especie de túnel subterráneo, oscuro, de brillos minerales. De la guarida al nido, de la oscuridad del escondite enterrado a la luminosidad del refugio entre las ramas. La disposición de una gran abertura al final del recorrido se convierte en el punto culminante del trayecto, dotando al espacio de iluminación natural y creando un lugar donde disfrutar confortablemente de los productos del establecimiento.
INSTINTO PROTECTOR
El proyecto para Can Milà Escribà parte de una planta profunda y mal iluminada. Con esta premisa y la referencia al ave rapaz en el nombre del local, el interiorista Jordi Ginabreda se ha planteado el espacio como un nido, una guarida, el lugar sombrío, cálido y acogedor donde los animales buscan cobijo.
Mediante los giros de la barra y el pavimento, y la estratégica ubicación del núcleo de servicios, la longitudinalidad del proyecto se fragmenta en tres ámbitos diferenciados que refuerzan su singularidad con la elección de materiales y colores.
A partir de esto, el programa se desarrolla como un itinerario, desde el área de exposición y venta de productos gastronómicos hasta la zona de degustación pasando por la barra. Del exterior a la guarida, una especie de túnel subterráneo, oscuro, de brillos minerales. De la guarida al nido, de la oscuridad del escondite enterrado a la luminosidad del refugio entre las ramas. La disposición de una gran abertura al final del recorrido se convierte en el punto culminante del trayecto, dotando al espacio de iluminación natural y creando un lugar donde disfrutar confortablemente de los productos del establecimiento.