Gelateria Dino Born, Barcelona, 2016
Dino Born, Ice cream shop, Barcelona 2016, Fotos: Marcela Grassi
BOCETO DE VERANO
A pocas semanas del inicio de la temporada de verano, dos emprendedores deciden inaugurar un DINO en el Born barcelonés y convertir, en un mes, una antigua zapatería en un atractivo escaparate para la venta de helados. El tiempo apremia, el presupuesto es mínimo y determinados elementos corporativos son ineludibles (presencia del logotipo, pavimento, neveras expositoras…).
La propuesta (del estudio de interiorismo de Jordi Ginabreda) se ciñe a estos condicionantes. Haciendo de la necesidad virtud, la economía de medios se traduce en economía de acciones. Paredes originales de ladrillo expuestas, capas de pintura en colores seleccionados e instalaciones vistas conforman el interior del establecimiento.
A partir de ahí, el proyecto se despliega conceptualmente como si se tratara de un boceto. Una serie de líneas maestras van ocupando el espacio, delimitando contornos y definiendo distintas áreas.
Líneas que enmarcan la zona de exposición y venta, creando un croquis tridimensional que sugiere una caseta de helados tradicional y un entoldado del que cuelgan los carteles de metacrilato retroiluminado que anuncian el producto.
Líneas que dibujan las instalaciones vistas en su recorrido por los distintos planos del local y que culminan en dos elementos singulares que dotan de personalidad al conjunto: los ventiladores de techo de Soler i Palau y las lámparas ARӦD de IKEA reconvertidas en apliques de pared. Todo ello lacado en el rojo corporativo de la marca contrastando sobre un fondo azul oscuro crepuscular.
Líneas que modelan un helado de neón, reclamo luminoso centelleante para transeúntes que complementa el obligado cartel de la franquicia.
Cuatro líneas; rápido y fácil, como un boceto, como un helado derritiéndose una noche de verano.
SUMMER SKETCH
A few weeks before the start of the summer season, two entrepreneurs decide to open a DINO in the Born district of Barcelona and, in just one month, turn an old shoe store into an appealing display for selling ice creams. Time presses, costs must be kept down to the minimum and several corporative elements can’t be missed (logo presence, ceramic tiled floor, ice cream display freezers…).
Jordi Ginabreda Studio proposal adheres to these determinants. Making a virtue of necessity, the economy of means becomes economy of actions. Exposed original brickwork walls, coats of paint in selected colours and visible electric system make up the inside of the business.
From that starting point, the project conceptually spreads out like a big sketch. A series of master lines taking up the space, delimiting outlines and defining different zones.
Lines that demarcate the exhibition and sale area, drawing up a three-dimensional sketch that suggests a traditional ice cream stand and an awning where methacrylate backlit signs announcing the products are hung.
Lines drawn by the visible electrical systems as they go through most of the interior surfaces leading to two singular elements that provide the place with its own personality: the Sole I Palau ceiling fans and the IKEA ARӦD lamps converted into wall lamps. Each one of these elements are lacquered in the brand’s corporate red over a twilight dark blue background.
Lines that shape a neon light ice cream, sparkling illuminated sign for passers-by that complement the mandatory franchise sign.
Just a few lines; quick and easy, as a sketch, as a melting ice cream in a summer night.
BOCETO DE VERANO
A pocas semanas del inicio de la temporada de verano, dos emprendedores deciden inaugurar un DINO en el Born barcelonés y convertir, en un mes, una antigua zapatería en un atractivo escaparate para la venta de helados. El tiempo apremia, el presupuesto es mínimo y determinados elementos corporativos son ineludibles (presencia del logotipo, pavimento, neveras expositoras…).
La propuesta (del estudio de interiorismo de Jordi Ginabreda) se ciñe a estos condicionantes. Haciendo de la necesidad virtud, la economía de medios se traduce en economía de acciones. Paredes originales de ladrillo expuestas, capas de pintura en colores seleccionados e instalaciones vistas conforman el interior del establecimiento.
A partir de ahí, el proyecto se despliega conceptualmente como si se tratara de un boceto. Una serie de líneas maestras van ocupando el espacio, delimitando contornos y definiendo distintas áreas.
Líneas que enmarcan la zona de exposición y venta, creando un croquis tridimensional que sugiere una caseta de helados tradicional y un entoldado del que cuelgan los carteles de metacrilato retroiluminado que anuncian el producto.
Líneas que dibujan las instalaciones vistas en su recorrido por los distintos planos del local y que culminan en dos elementos singulares que dotan de personalidad al conjunto: los ventiladores de techo de Soler i Palau y las lámparas ARӦD de IKEA reconvertidas en apliques de pared. Todo ello lacado en el rojo corporativo de la marca contrastando sobre un fondo azul oscuro crepuscular.
Líneas que modelan un helado de neón, reclamo luminoso centelleante para transeúntes que complementa el obligado cartel de la franquicia.
Cuatro líneas; rápido y fácil, como un boceto, como un helado derritiéndose una noche de verano.
SUMMER SKETCH
A few weeks before the start of the summer season, two entrepreneurs decide to open a DINO in the Born district of Barcelona and, in just one month, turn an old shoe store into an appealing display for selling ice creams. Time presses, costs must be kept down to the minimum and several corporative elements can’t be missed (logo presence, ceramic tiled floor, ice cream display freezers…).
Jordi Ginabreda Studio proposal adheres to these determinants. Making a virtue of necessity, the economy of means becomes economy of actions. Exposed original brickwork walls, coats of paint in selected colours and visible electric system make up the inside of the business.
From that starting point, the project conceptually spreads out like a big sketch. A series of master lines taking up the space, delimiting outlines and defining different zones.
Lines that demarcate the exhibition and sale area, drawing up a three-dimensional sketch that suggests a traditional ice cream stand and an awning where methacrylate backlit signs announcing the products are hung.
Lines drawn by the visible electrical systems as they go through most of the interior surfaces leading to two singular elements that provide the place with its own personality: the Sole I Palau ceiling fans and the IKEA ARӦD lamps converted into wall lamps. Each one of these elements are lacquered in the brand’s corporate red over a twilight dark blue background.
Lines that shape a neon light ice cream, sparkling illuminated sign for passers-by that complement the mandatory franchise sign.
Just a few lines; quick and easy, as a sketch, as a melting ice cream in a summer night.